30 dic 2010

Cesar Borgia

               Familia Borgia - Cesar Borgia                             César Borgia (de nombre original Cèsar Borja, italianizó su apellido — en italiano, Cesare Borgia) fue duque,príncipe, conde, condottiero, gonfaloniere, obispo de Pamplona, con 16 años, arzobispo de Valencia, con 19 años, capitán general del ejército del Vaticano y cardenal con casi 20 años de edad, durante el Renacimiento. Investido además como Duque en Francia con unos 23 años de edad, este hispano-italiano, perteneciente a la familia de los Borgia, había nacido en Roma el 13 de septiembre de 1475, y murió en batalla en Viana, Navarra, el 12 de marzo de 1507, a los 31 años de edad.
"Detrás de cada fortuna , hay un crimen"
Juventud
Segundo hijo natural del cardenal, de origen valenciano, Rodrigo Borja (después Borgia) —futuro Papa Alejandro VI— y de Vannozza Cattanei, una patricia romana, tuvo dos hermanos: Juan (Joan o Giovanni) y Jofré (Godofredo), y una hermana, Lucrecia Borgia. El origen español de la familia venía del tío-abuelo de César, Alonso Borgia (1378–1458), obispo de Valencia, elegido Papa Calixto III en 1455.
Uno de los secretarios de Alejandro hizo una carta astral sobre César nada más nacer, en la que vaticinó que tendría una vida fulgurante, de poder y gloria, pero que sería rápida y acabada en asesinato. El secretario no se equivocó en nada.
En 1486 fue destinado, junto con Lucrecia, bajo la tutela de Adriana de Milá, prima lejana de su padre. De ojos marrones y pelo naranja, César fue un niño agraciado, que se convertiría en un hombre alto, fuerte y con gran ambición, más que su padre. Fue un muchacho atlético durante su adolescencia, capaz de romper una lanza con sus manos, cabalgar hasta la extenuación de los caballos y lancear toros.
Su padre proyectó para él una carrera eclesiástica, como era tradicional para el segundón de las familias nobles, en tanto que su hermano Juan, nombrado duque de Gandía, ocuparía el cargo de capitán general de los ejércitos pontificios. Cargo que su hermano César ansiaba para sí.
Estudió teología y leyes en la universidad de Perugia; en Pisa, a los 17 años, César Borgia es consagrado protonotario del papado y nombrado obispo de Pamplona (1491). Antes de cumplir los 20 años ya era arzobispo de Valencia y poco después cardenal.
En 1495 fue arrestado por el rey francés Carlos VIII tras la invasión de Nápoles por parte del francés. Consiguió huir poco después.
En 1497 Juan Borgia apareció asesinado a orillas del río Tíber en Roma. Se especuló con que César estuviera relacionado con esta muerte. Sin embargo en plenas investigaciones, el papa Alejandro suspendió las mismas y se vio obligado a sustituir a Juan por César en el cargo de capitán general del Vaticano. En 1498 abandona la carrera eclesiástica, por la que no sentía el menor interés, siendo la primera persona de la Historia en renunciar al cardenalato, y se dedica a sus nuevos quehaceres militares, que desde siempre le atrajeron más. Cumplió así su deseo de ser un hombre de Estado.

Carrera militar
En este año el rey de Francia, Luis XII, buscando una alianza con el Papa, nombra a César duque de Valentinois, siendo llamado «el Valentino». Se da a conocer en la corte francesa, en donde es admirado por su porte y contrae matrimonio con Carlota de Albret (1480–1514), hermana del llamado Rey de Navarra Juan III de Albret (1469 — casa con 14 años — 1516, con 47 años), en realidad Rey Consorte de la Reina Titular de Navarra Catalina de Foix (1468 — Reina titular de Navarra con 15 años de edad — 1517, con 49 años). Poco después es nombrado administrador de las posesiones de los Borgia. En 1499 acompañó a los ejércitos franceses en la toma de Milán.
Calculador y violento, César intenta en 1500 con el apoyo de su padre instaurar un principado en Romaña (que no rendía tributo al Papa) e inicia su conquista en la villa de Forli dominada por Caterina Sforza, quien se resistió durante mucho tiempo aunque después fue su amante y acabó recluyéndola en el castillo Sant'Angelo. Conquista Faenza, que le ofrece heroica resistencia, Imola y Pésaro y continúa su expansión por la Italia central invadiendo el ducado de Urbino. Su eficacia militar fue legendaria con la ayuda de generales como Ramiro de Lorca, Miquel Corella («Michelotto») o Diego García de Paredes. Por cada ciudad por donde estuvo fue aclamado y querido, siendo gran político y administrador público, justo y modelo de gobernante. Finalmente entró de forma triunfal en Roma en febrero de 1500. La actividad militar de César logró unificar los pequeños estados de la Italia Central en el Gran Ducado de la Romaña. Todo ello beneficiaría al papado que sobre esta base organizó el Estado Pontificio.
El pago de las tropas y los desacuerdos con Francia sobre la política a seguir en Florencia y Bolonia (que estaban amenazadas por César), origina que le surjan enemigos entre los condottieros de su ejército, que se rebelan contra él. La teórica reconciliación entre César y sus capitanes provoca la prisión y ejecución de los capitanes rebeldes en diciembre de 1502, tras haberlos acusado de preparar un atentado contra él.
Contrató, por un breve período a Leonardo da Vinci como arquitecto e ingeniero militar debido a la gran experiencia que éste tenía en estas lides, adquirida durante los años que trabajó para Ludovico Sforza antes de que fuera expulsado de Italia por Carlos VIII de Francia.
En 1501, César Borgia es nombrado duque de la Romaña. Político hábil pero cruel, en 1502 el 31 de diciembre para desembarazarse de sus principales enemigos los invita a su castillo de Senigallia y los hace asesinar.
En 1503 César y su padre, el Papa Alejandro VI, acuden a un convite del cardenal Adriano de Fornetto. Después del banquete, el Papa se sintió visiblemente deteriorado y murió de terribles dolores en su estómago, tal vez envenenado, el 18 de agosto de 1503. César soportó mejor el posible veneno. El 22 de septiembre de 1503 es nombrado Papa el cardenal Francesco Todeschini Piccolomini que toma el nombre de Pío III y hace encarcelar a César Borgia. Sospechosamente, Pío III muere 23 días después y es nombrado Papa el cardenal Giuliano della Rovere que toma el nombre de Julio II. Enemigo acérrimo de los Borgia, ordena de inmediato, en 1504, a Gonzalo Fernández de Córdoba («El Gran Capitán»), entregar a César al rey de Castilla para ser juzgado en España. Es encarcelado en Chinchilla y meses después lo trasladan al Castillo de La Mota en Medina del Campo.
Huida hacia la muerte
Una noche de octubre de 1506 se descuelga de la torre con la ayuda de un criado, pero es descubierto y la soga cortada. El destino quiere que un magullado César consiga escapar a lomos de un caballo. La reina Juana I ordena prenderle y pone precio a su cabeza.
Con intención de coger un barco que le lleve a Navarra, César llega a Medina del Campo fingiendo ser un mercader de grano. En Santander se disfraza y acompañado de unos comerciantes vascos embarca en un navío pero el estado de la mar le impide continuar más allá de Castro Urdiales. En esta localidad alquila tres mulas al convento de Santa Clara y pasa por Bermeo, Vergara, Atallo y el puerto de Azpíroz, hasta llegar el 3 de diciembre a Pamplona, su antigua sede episcopal, donde es acogido por su cuñado el rey de Navarra Juan de Albret.
Desde 1452, Navarra estaba en guerra civil entre dos facciones opuestas: los agramonteses, partidarios de los reyes Juan y Catalina, y los beaumonteses, partidarios del condestable del reino, el conde de Lerín. César se pone al servicio de su cuñado el rey Juan de Albret, quien lo nombra condestable y generalísimo o capitán de los ejércitos de Navarra.
Su primer objetivo militar es la conquista de la plaza beaumontesa de Larraga y, ante un fracasado intento, pasa a la villa de Viana en posesión del conde de Lerín. En marzo decide conquistar la villa y lo consigue, aunque no el castillo. En la noche del 11 de marzo de 1507, se desata una gran tormenta y César ordena retirar la vigilancia de la villa, lo que es aprovechado por sesenta jinetes del conde de Lerín, posiblemente con la colaboración de algunos vecinos, para evadir el cerco, entrar en la fortaleza a través de una poterna o pasadizo de las murallas, llamada tradicionalmente «Puerta del Socorro», y abastecer a sus defensores con víveres para un mes más.
Al amanecer, la guardia ve cómo los jinetes abandonan el castillo en dirección a Mendavia y dan cuenta a César Borgia. Éste, encolerizado al sentirse burlado y humillado se pertrecha, toma las armas y un caballo y se lanza en su persecución por el Portal de la Solana.
César no se percata que ha dejado atrás a su guardia y a sus soldados hasta que llega al término conocido como «La Barranca Salada».
Aquí tres hombres del conde de Lerín le preparan una emboscada, Garcés de Ágreda, Pedro de Allo y otro de nombre desconocido.Luego se apoderan de sus ropas y bienes y lo dejan allí completamente desnudo sin que se sepa exactamente quién es el caballero ahí tirado, hasta la llegada de Juanicot, paje de César, que se echó a llorar como un niño, abrazado a los despojos de su señor. El conde de Lerín, como buen caballero, le hace duelo y permite a Juanicot trasladar el cadáver a Viana para ser enterrado en la iglesia de Santa María. Su epitafio rezaba:
Aquí yace en poca tierra
el que toda le temía,
el que la paz y la guerra
en su mano la tenía.

¡Oh tú, que vas a buscar
dignas cosas de loar!
si tú alabar al más digno
aquí para tu camino,
no cures de más andar.
Este sepulcro permaneció poco tiempo en la iglesia de Santa María, ya que a mediados del siglo XVI, un obispo de Calahorra, a cuya diócesis pertenecía la parroquia de Viana, consideró un sacrilegio la permanencia de los restos de este personaje en lugar sagrado. Mandó sacarlos y enterrarlos frente a la iglesia en plena Rúa Mayor, «para que en pago de sus culpas le pisotearan los hombre y las bestias». El resultado final fue la destrucción del mausoleo.
En 1884 son localizados lo que se suponen sus restos en la Rua de Santa María o Calle Mayor, a los pies de la escalinata frente a la entrada principal de la iglesia, siendo dejados en el mismo lugar.
En 1945 se vuelven a exhumar los restos y se analizan, siendo depositados en 1953 a los pies de la portada de la iglesia, en el exterior pero dentro del recinto de ésta, bajo una lápida de mármol blanco que reza así: «César Borgia generalísimo de los ejércitos de Navarra y pontificios muerto en campos de Viana el XI de Marzo de MDVII».
Con motivo del 500 aniversario de su muerte se especuló con la posibilidad del traslado de sus restos al interior de la iglesia pero al parecer existen problemas legales para realizar este traslado.
Matrimonio e hijos
El 10 de mayo de 1499 César Borgia se casó con Carlota de Albret (1480–11 de marzo de 1514), hermana del rey consorte de Navarra, Juan III de Albret. De este matrimonio nació una niña a la que César nunca conocería:
Luisa Borgia, Duquesa de Valentinois, Dama de Chalus, Duquesa de Borgia (1500–1553). Casada con Luis II de La Trémouille, Gobernador de Borgoña y en segundas nupcias con Felipe de Borbón, Señor de Busset.
César fue también padre de al menos dos hijos ilegítimos:
Girolamo Borgia que se casó con Isabella, Condesa de Carpi;
Lucrezia Borgia (m. 1573), Abadesa de San Bernardino de Ferrara.
Títulos
    • Eclesiástico, llegando a la dignidad de Cardenal (hasta 1498)
    • Príncipe de Andria y Venafri
    • Duque de Valentinois
    • Duque de Romaña
    • Conde de Dyois
    • Señor de Piombino, Camerino, Rímini, Imola y Urbino
    • Confaloniero y Capitán General de los ejércitos pontificios.
Su divisa se hizo célebre: AUT CÆSAR AUT NIHIL ('O César o nada').
Legado
Se ha especulado que algunos retratos de Jesucristo pintados en épocas cercanas a los Borgia, estaban basados en César Borgia, lo que ha influido en las imágenes de Jesús creadas hasta el día de hoy. Alejandro Dumas (padre) apoyó esta teoría y además en El conde de Montecristo hizo muchas menciones de conspiraciones basadas en los Borgia.
El Príncipe
César Borgia se ha inmortalizado como el prototipo del individuo cruel y ambicioso que no abrigó ningún sentimiento generoso y para satisfacer sus odios cometió innumerables asesinatos. En realidad no fue una excepción, pues semejante conducta siguieron la mayoría de los príncipes italianos del siglo XV.
Nicolás Maquiavelo, que le admiró y conoció en vida, tomó como modelo la figura de César Borgia para escribir su gran obra, El Príncipe. Aunque también se ha dicho que era sólo un señuelo para hablar del verdadero antihéroe Fernando II de Aragón.
César Borgia, llamado duque Valentino por el vulgo, adquirió el Estado con la fortuna de su padre, y con la de éste lo perdió, a pesar de haber empleado todos los medios imaginables y de haber hecho todo lo que un hombre prudente y hábil debe hacer para arraigar en un Estado que se ha obtenido con armas y apoyo ajenos. El príncipe nuevo que crea necesario defenderse de enemigos, conquistar amigos, vencer por la fuerza o por el fraude, hacerse amar o temer de los habitantes, respetar y obedecer por los soldados, matar a los que puedan perjudicarlo, reemplazar con nuevas las leyes antiguas, ser severo y amable, magnánimo y liberal, disolver las milicias infieles, crear nuevas, conservar la amistad de reyes y príncipes de modo que lo favorezcan de buen grado o lo ataquen con recelos; el que juzgue indispensable hacer todo esto, digo, no puede hallar ejemplos más recientes que los actos del duque. Sólo se lo puede criticar en lo que respecta a la elección del nuevo pontífice, porque, si bien no podía hacer nombrar a un papa adicto, podía impedir que lo fuese este o aquel de los cardenales, y nunca debió consentir en que fuera elevado al Pontificado alguno de los cardenales a quienes había ofendido o de aquellos que, una vez papas, tuviesen que temerle. Pues los hombres ofenden por miedo o por odio. Todos los demás, si llegados al solio, debían temerle, salvo el cardenal de Amboise dado su poder, que nacía del de Francia, y los españoles ligados a él por alianza y obligaciones recíprocas. Por consiguiente, el duque debía tratar ante todo de ungir papa a un español, y, a no serle posible, aceptar al cardenal de Amboise antes que el de San Pedro Advíncula. Pues se engaña quien cree que entre personas eminentes los beneficios nuevos hacen olvidar las ofensas antiguas. Se equivocó el duque en esta elección, causa última de su definitiva ruina.
Nicolás Maquiavelo (El Príncipe: Capítulo VII)
Una visión distinta
En su libro Los Borgia, Mario Puzo presenta hipótesis diferentes respecto de su vida, a saber:
  • César y Lucrecia habrían estado enamorados realmente. Pero ella se desentendió de él cuando César dio muerte a su segundo marido, Alfonso de Aragón (Duque de Bisceglie), motivado por los celos, ante el profundo amor de su esposo.
  • También nos refleja cómo es asesinado Juan, el tercero de los hijos Borgia (de los habidos en Italia), quién es muerto por su hermano menor, Jofre, debido a los celos que en él provocaba la relación de su hermano Juan con su esposa Sancha.
  • César habría sido el segundo hijo legítimo de Alejandro VI, pues el primero murió al año de vida.
La visión que Puzo nos da del conjunto de la familia Borgia es un poco más humana de la que se expone normalmente, puesto que los trata desde un punto de vista más humano y lógico, quitado de los mitos comunes o justificándolos, en algunos casos. Sin embargo, el libro se inserta dentro de la sistemática de las obras de Puzo: que presentan un personaje virtuoso, hábil, en torno a cuya evolución se desarrolla la historia (César); a un sabio, calculador y apegado a la familia (Alejandro) y a un némesis del protagonista, generalmente de actitudes viles y características psicopáticas (Juan); por lo que podría, también, cuestionarse el valor histórico.
Recientemente el libro de Geneviève Chastenet, Lucrecia Borgia: ángel o demonio, que es una biografía documentada, demuestra la falsedad de las infamias (de crímenes e incesto) que contra ella tejieron los enemigos de los Borgia. Muestra a Lucrecia como una mujer culta, amante de las artes y las letras, de alta espiritualidad y, en cierto modo, víctima de las intrigas políticas de su padre (el Papa Alejandro VI) y su hermano César Borgia.