10 nov 2014

Un bibliotecario que colecciona premios


Iñaki Suso Espadas ha conseguido cinco premios estatales por animación a la lectura en cuatro bibliotecas: Lerín, Allo, Berrioplano y ahora en Viana
Iñaki Suso Espadas, de 42 años, posando en la biblioteca Francisco Navarro Villoslada de Viana, donde trabaja desde 2013. (IÑAKI CENZANO)

VIANA - El Ministerio de Cultura acaba de distinguir a la biblioteca pública Francisco Navarro Villoslada de Viana con uno de los premios de su campaña anual de animación a la lectura María Moliner. No es la única, ya que se dan 300 en todo el Estado y en Navarra también han recaído en las de Aurizberri-Espinal, Barañáin, Marcilla y Noáin. Sin embargo, sí resulta curioso que tras este premio se halle un bibliotecario imaginativo que ya se ha acostumbrado a coleccionarlos: Iñaki Suso Espadas, natural de Bilbao pero afincado en Tierra Estella desde niño, actualmente en Dicastillo.
Este “ávido lector” de 42 años, enamorado de su trabajo, ha logrado ya cinco galardones desde 2005 y, lo que es más llamativo, en cuatro bibliotecas distintas: Lerín, Berrioplano, Allo (en dos ocasiones) y ahora Viana. “Sí que son muchos”, reconoce Suso, quien se acuerda del bibliotecario de Sartaguda, Julio Sádaba. “Él también lleva unos cuantos”.
Suso, otrora concejal y alcalde de Villatuerta, empezó a trabajar en bibliotecas en 2001, en Lerín, haciendo sustituciones, hasta que se sacó plaza y fue a Berrioplano. Después se ha ido moviendo mediante concursos de traslado, hasta que hace algo más de un año aterrizó en Viana, donde sigue fomentando la pasión por la lectura. “Organizamos varias actividades a lo largo del año. Por ejemplo, una que he propuesto muchas veces, desde que estaba en Lerín, es un concurso de lectura en abril, coincidiendo con el Día del Libro. Extraigo fragmentos de obras y la gente tiene qué adivinar de cuáles. Se trata de fragmentos clave, donde aparece o el nombre del protagonista o la ciudad..., y la gente que ha leído enseguida los relaciona”.
Ese concurso es para el público adulto, pero no se olvida de los más pequeños. “Un programa que ya hice en Allo, y ahora en Viana más o menos de febrero a abril, consiste en que yo propongo una serie de personajes infantiles y ellos eligen el más popular”. ¿Cómo? “Por cada libro que se llevan en préstamo de un personaje: Kika Superbruja,Gerónimo Stilton..., sumamos un punto, y al final, el que más puntos tiene es el ganador y le ponemos una especie de placa honorífica. Después, entre los niños, sorteo detalles para agradecer su participación”, relata.
Tal y como reconoce se trata de actividades sencillas, “que a poder ser no cuesten dinero”, y en las que la clave es la imaginación de los bibliotecarios. “En general, tenemos muy buena relación entre las bibliotecas y a través de las redes sociales o Internet compartimos ideas”.
TIRANDO DE INGENIO Suso, repasando su ya dilatada experiencia laboral, asegura que las bibliotecas “en general funciona muy bien”, eso sí, “gracias al personal, que somos personas muy comprometidas con nuestro trabajo; nos gusta el trato con el público, recomendar libros... Si fuera por algunas instituciones, esto no funcionaría. Sí que los ayuntamientos normalmente apoyan mucho, el problema está cuando miras hacia Pamplona. Es cuestión de presupuestos y si no hay o es pequeño, no se pueden por ejemplo traer novedades, que es lo que más se demanda”.
Así que, ante las apreturas económicas, toca tirar de ingenio. “Yo, por ejemplo, todos los meses busco sugerencias de lectura: si hay un autor que justo murió hace 20 años saco todas sus obras; de cara al buen tiempo hago lo mismo con las guías de viaje o de excursiones... Tiro un poco del fondo de libros que hay, porque la gente parece que solo quiere novedades, y la verdad es que contamos con obras muy interesantes que en su momento, por lo que sea, igual no se leyeron o se pueden redescubrir”.
Suso desmiente, además, el mito de que apenas se lee. “Sí que se nota un bajón de niños a adolescentes, sobre todo en los chicos, las chicas menos, pero el que lee, lee mucho. Aunque muchas veces noto que se empiezan a estropear cuando les mandan en el instituto obras clásicas; entre la edad y esas lecturas, creo que se rebotan un poco. Estaría bien que se apostase por otro tipo de lecturas. Los juegos del hambre, por ejemplo, no está tan mal, no es un clásico pero es sencilla, amena y les suele gustar. Luego, con los años, ya leerán otras cosas”, sugiere.
También las bibliotecas siguen teniendo otro público, el de los usuarios que buscan un espacio tranquilo y silencioso donde concentrarse para estudiar. “Aquí en Viana, por ejemplo, la zona de arriba se utiliza para eso; ahí es donde están los libros menos utilizados, es un espacio muy tranquilo y suelen estar sobre todo los universitarios”, explica Iñaki Suso.
180 LIBROS DE PREMIO El premio conseguido por la biblioteca de Viana va a suponer la llegada de 180 nuevos libros, sobre todo literatura juvenil e infantil. “Este año dan alguno menos, pero otras veces la valoración era de unos 4.000 euros, incluyendo suscripciones a revistas. Pero, vamos, sigue siendo un gran premio; además, hablamos de novedades y puede suponer la adquisición de libros infantiles y juveniles de dos años. No son igual los que yo hubiera cogido, porque no puedes elegir, pero son 180 libros”.
Y hablando de libros, se anima a recomendar el que está leyendo en estos momentos, Corazón de Ulises, de Javier Reverte. “No es el último que ha sacado, pero me está gustando mucho. Recorre lugares como Troya, Esparta, Atenas..., y va dando su opinión sobre lo que ve. Me parece muy sugerente y dan ganas de irse para allí”.

Viana, Balcón de Toros y de occidente


El Balcón de Toros del Municipio es una singularidad del amplio patrimonio vianés por su clasicismo, a pesar de enmarcarse en el Barroco, y por su función constructiva: el disfrute de la tauromaquia

Nueve ciudades tiene Navarra. En la memorización de corrido, Viana siempre quedaba la última detrás de Pamplona, Tudela, Estella, Tafalla, Olite, Sangüesa, Corella y Cascante; a occidente en lo geográfico y en el poniente del recitario. No por ello, Viana, es menos querida y bella.
Hoyada por muchos pies de historia, fue refundada por el rey navarro Sancho VII el Fuerte en 1219, ostenta la categoría de ciudad desde 1630 y el título de Muy Noble y Leal Ciudad de Viana Cabeza de Principado del antiguo Reino de Navarra. Su entramado medieval, rectangular y con la particularidad de que su castillo se situó al mismo nivel que las casas, aunque con altísima torre, disfruta de un más que importante ramillete de palacios y monumentos históricos. La muralla de la ciudad estaba y está hoy en día casi en su totalidad abierta al tránsito a través de evocadoras puertas (de Estella, La Solana, La Trinidad, San Felices, San Juan y San Miguel). No es propósito de estas líneas ahondar en este espectacular conjunto patrimonial, al contrario, se trata de una modesta pincelada que invite a sentir este bastión navarro de occidente, lindante con la antigua Castilla y ahora con tierras riojanas del Ebro. Para conocer cualquier detalle sobre Viana la mejor opción es acudir a la sabiduría, reflejada en amorosos y científicos estudios, de dos vianeses de categoría: Juan Cruz Labeaga Mendiola y Félix Cariñanos San Millán, depositarios del alma de esta maravillosa ciudad medieval, hito de nuestro Viejo Reyno y del Camino de Santiago.
La forma de interpretar la belleza de las cosas y los lugares a través del arte y el habla taurómaca enseguida te atrae imantado hacia la plaza El Coso (antes plaza del Castillo e, incluso, El Castillar) y su Balcón de Toros del Municipio, primorosa y equilibrada fábrica arquitectónica que fue rehabilitada en 2009 y ahora acoge distintas prácticas solicales de la localidad, además de mantener su función desde el siglo XVII como privilegiado palco para presenciar y disfrutar de los espectáculos taurinos. Festejos que, como rezaban en viejos documentos locales se daban “para dar placer al pueblo”. La construcción del Balcón del Municipio, que en su vida ha tenido múltiples usos (vivienda, escuela, biblioteca...), tuvo como simiente los materiales de las mal comenzadas obras de su gemelo, el edificio del actual ayuntamiento. Fue el 16 de agosto de 1684 cuando los responsables municipales acordaron con el maestro de edificios Juan de Raón levantar ambas y similares fábricas. En la larga historia de la edificación de estos edificios vianenes y otros de época barroca hasta mediados del siglo XVIII tuvieron mucho que ver familias de canteros y maestros de obras como la del mismo Raón y las de los González de Saseta y los Munilla. El Balcón de Toros se concluyó en 1692 tras siete años de obras, por lo que cuenta hoy con 322 años de existencia. A la postre, este edificio de El Coso (27 x 5 m y 9 arcos) supera en tamaño a su hermano, el consistorio (7 arcos). Este balcón es un edificio de marcada horizontalidad con dos cuerpos, cada uno de ellos abierto con nueve arquerías de medio punto sobre pilares. El cuerpo de abajo hace de pórtico y el de arriba de palco. En sus ángulos se elevan, elegantes, dos torres cuadradas de ladrillo. Es un edificio de época barroca pero con claro y sobrio estilo clasicista, que en esa época está de moda en Francia (Versalles). La fachada se culmina con un doble alero de madera con tallas de ménsulas y pinjantes con hojarascas.
La documentación taurina de Viana más antigua viaja hasta 1552. Fueron las tauromaquias de los siglos XVI, XVII y XVIII más de carácter y participación popular y anárquica que de estrictos reglamentos. Se soltaban toros nutrientes en los sotos del Ebro, sobre todo de Mendavia, en días señalados, como en la fiesta de San Juan Bautista (o del Ramo), o, más tarde, en la de Santa María Magdalena y en cualquiera de los sucesos importantes en el devenir de la monarquía española, ya que la ciudad tenía la conciencia de enmarcar el título navarro de Príncipe de Viana. Seguro, también se corrieron toros con acontecimientos relativos al Estado de Navarra, antes de su conquista (1512-1530).
Ya hay constancia de la suerte de toros con cuerda o enmaromados en 1698 en la víspera del día de la Magdalena. Los taurinos por antonomasia de Viana han sido en los últimos 60 años Antonio Robles Arriaga, conocido como El Sevilla o Sevillano, otrora tercero o puntillero de grandes figuras de la torería andante y Félix Santamaría,Rubito de Viana (1927-2013). Estos dos vecinos de Viana protagonizaron el último festejo de lidia y muerte (1992) en la plaza El Coso, justo antes que el reglamento foral de 1992 considerara inapropiado el recinto vianés para este tipo de espectáculos. Desde los balcones de El Coso (también disputaron en belleza y prestigio el del Clero y otros palaciegos) se han disfrutado desde medievales estampas anárquicas de la plebe, hasta las bien reglamentadas funciones desde finales del siglo XIX, pasando por estampas goyescas de tauromaquias populares. Los primeros matatoros navarros, como Bernardo Alcalde, Licenciado de Falces, se lucieron en el ruedo vianés. En épocas contemporáneas torearon, entre otros muchos, los diestros Pedriles, Paquito Ceballos, Manuel de los Reyes, Tomás Campuzano, Iván Fandiño... Y los rejoneadores Pablo Hermoso de Mendoza Pedro Javier Ciordia y Sergio Domínguez.
Viana, extremo amurallando del poniente navarro. Tienes arte de elegante compás. Tu esencia la sustenta el esfuerzo y valentía de tus fieles pobladores. A tu fulgor principesco le otorga más brillo las huellas de la historia, su colosal patrimonio, el camino y la acogida. Ciudad que presume ser mirador, allá arriba, chula y bella, de las tierras al occidente de Navarra y de la misma vida. Balcón privilegiado para ver torear con temple y con sabia armonía el devenir de sus días.
UN REPORTAJE DE MANUEL Mª SAGÜÉS LACASA - Domingo, 9 de Noviembre de 2014