La magistrada afirma que la empresa no presenta prueba alguna de la inviabilidad de la firma nacida en Torrecilla y en la que más de la mitad de la plantilla es de Logroño
No ha lugar. El Juzgado de lo Mercantil número 1 de Pamplona ha desestimado la solicitud de extinción de los 133 contratos en Muebles Salcedo, la empresa nacida en 1929 en Torrecilla en Cameros y radicada desde hace 41 años en la vecina Viana. La magistrada, en un auto fechado el pasado 19 de julio al que ha tenido acceso Diario LA RIOJA, sustenta su decisión contraria a las intenciones de la dirección de la firma en que «no hay ni una sola prueba que acredite, como la misma pretende, que la empresa es inviable».
La empresa, en concurso voluntario de acreedores desde el pasado 22 de diciembre, ha mantenido la actividad laboral en su planta de Viana y no adeuda nómina alguna a sus 133 asalariados, casi la mitad de ellos residentes en Logroño y con el 90% del total de la plantilla de raíces cameranas.
Casi tres meses y medio después de la presentación del concurso de acreedores voluntario, la firma planteó el 12 de abril un expediente de regulación de empleo y presentó solicitud de autorización para proceder a la extinción de la totalidad de los contratos de trabajo por «la inviabilidad del negocio». Con fecha 25 de mayo, la mercantil concursada comunicaba al juzgado la finalización del periodo de consultas sin acuerdo. Cinco días más tarde, el comité de empresa, compuesto por cinco representantes de UGT, dos de Solidari y dos de LAB, solicitaba a la magistrada que no autorizara la extinción de los contratos.
Ahora, el Juzgado de lo Mercantil 1 de Pamplona acaba de dar la razón a los trabajadores al rechazar la solicitud de la dirección de la empresa y desestimar sus argumentos, respaldados, además, por la administración concursal y por la autoridad laboral (Gobierno de Navarra).
Mensaje al Gobierno Foral
En su auto, la juez advierte de que «la entidad mercantil no presenta documentación alguna, ni ningún otro tipo de prueba, que acredite el descenso de ventas después de la declaración del concurso ni la falta de pedidos ni las gestiones llevadas a cabo para obtener financiación y la imposibilidad o la negativa a recibir las mismas ni el hecho de que otras empresas hayan captado a sus clientes», para concluir con contundencia: «Es decir, no hay ni una sola prueba que acredite, como la misma pretende, que la empresa es inviable».
La magistrada no olvida tampoco el papel jugado por el Ejecutivo Foral, al que le recuerda que «tampoco aporta ningún dato o elemento nuevo» y al que le censura que «ni siquiera haya oído a los representantes de los trabajadores», en referencia al comité de empresa.
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