Viana despide el programa y a los gigantes

Los niños y niñas de la ciudad dicen adiós a la comparsa hasta el mes de julio del próximo año

Varios gigantes más pequeños, bailados por niños, completaron la comparsa. (A. Cenzano)

VIANA. La jornada de ayer cerró cinco intensos días de fiestas en Viana. El buen tiempo ha hecho que los vecinos se animasen a salir a la calle, por lo que el casco histórico de la ciudad se ha visto lleno de público desde la mañana hasta la noche.

Gregorio Galilea, alcalde de la localidad (PSN), hizo ayer balance de las fiestas en honor a la Virgen de Nieva. "Han sido muy buenas. Una vez más la gente de Viana ha sabido responder y participar de todos los actos. El tiempo ha sido fundamental y hemos tenido suerte porque ha hecho muy buenos días", comentaba el primer edil vianés.

Uno de los actos más esperados por los niños fue el de la recogida de los gigantes y cabezudos hasta las fiestas de julio del próximo año. A la comparsa de los cuatro gigantes y dos cabezudos, se sumaron cinco gigantes más pequeños, bailados por chiquillos de poco más de 6 años, que cerraban la comitiva. "Da gusto ver cómo padres, abuelos y demás familia disfruta acompañando a los más pequeños al pasacalles. Se vive con mucha intensidad", añadía Galilea, que estas fiestas ha ejercido también de abuelo. Es también una tradición que en el momento de despedir a los gigantes los padres de los más bebés aprovechen para dejarle el chupete en la mano del gigantón y decirle también adiós para siempre.

La última jornada contó también con la novedad de las fiestas, la recuperación de juegos infantiles tradicionales, que se celebraron en la plaza de Los Fueros. Tuvo lugar también el concurso de ranchos y el espectáculo de las charlotadas, en el que jóvenes disfrazados desafían a las vaquillas haciendo reír al público.

Además, las degustaciones son algo que no puede faltar en las fiestas, por lo que ayer los vecinos pusieron fin a los cinco días festivos paladeando los choripanes, preparados por la peña La Sede. El adiós definitivo llegó con el tradicional Pobre de mí.