Un agente traslada esposado a uno de los detenidos en la operación.
La operación 'Becarios', iniciada a mediados de octubre por el Equipo de Delincuencia Organizada y Antidroga de la Guardia Civil, ha puesto en evidencia una nueva fórmula que los traficantes utilizan para intentar desorientar a los perros adiestrados por los agentes en la lucha antidroga: esta vez, un envase de pollo cocinado.
La semana pasada, efectivos del instituto armado procedieron a la detención de cuatro personas como presuntas autoras de un delito contra la salud pública y a desmantelar dos puntos de venta de cocaína ubicados en una vivienda de la calle Belchite y un bar de copas de la zona sur de Logroño. Los detenidos son una mujer de 46 años, cubana y vecina de Viana, y tres varones: un colombiano de 59 años vecino de Logroño; un dominicano de 43 también vecino de Viana y un segundo colombiano, este de 23, vecino de Fuenmayor.
A estas detenciones se llegó a partir de que los agentes detectaran a un individuo vendiendo sustancias estupefacientes en la mencionada calle, por lo que se estableció un dispositivo de control y vigilancia sobre esta persona, que actuaba de dos maneras: en la vía pública, durante las horas de mayor afluencia de ciudadanos con objeto de pasar desapercibido y no ser detectado por la policía, o en su propio domicilio, al que acudían numerosos drogodependientes de Logroño y localidades limítrofes a cualquier hora del día y hasta bien entrada la noche. Incluso, cuando las cantidades de droga solicitada eran importantes, era el propio investigado quien las suministraba en las casas de los consumidores.
Las entregas a domicilio permitieron la localización de un segundo punto de venta, en el bar de copas antes citado. El investigado suministraba importantes cantidades al dueño del local, que posteriormente distribuía entre sus clientes.
El primero de los detenidos fue interceptado en Islallana, por patrullas de Agoncillo, Torrecilla y Navarrete. Tras un exhaustivo registro, le fueron localizados 406 gramos de cocaína en roca de gran pureza oculta en el interior de un envase con pollo cocinado, sistema empleado para intentar desorientar a los perros.
Esta fórmula es 'nueva' ya que, hasta ahora, los agentes habían detectado estupefacientes escondidos en lugares de lo más variopinto: un envío de pescado (casi podrido), botes de conservas cerrados de forma industrial, pañales de niños, sillas de montar y, en cierta ocasión, un pedido de velas procedentes de Colombia.
Casi 4.000 dosis
La Guardia Civil realizó un posterior registro en el bar de copas y tres viviendas ubicadas en Logroño, Fuenmayor y Viana, en los que intervinieron efectos que, unidos a los encontrados en el vehículo, suman 493 gramos de cocaína, 890 euros en efectivo, balanzas de precisión y diversos utensilios para la preparación y distribución de la droga, dos vehículos, material informático, nueve teléfonos móviles, dos televisores, un navegador 'gps' y diversa documentación que está siendo estudiada.
Con la operación se ha conseguido la desarticulación de dos puntos de venta desde los que se abastecía a la zona centro y sur de Logroño y retirar del mercado casi 4.000 dosis de cocaína. Tres de los detenidos están en prisión; el cuarto fue puesto en libertad con cargos.
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